En el extremo sur de Chile se encuentra un atractivo natural que fue catalogado por la revista National Geographic como el quinto lugar más hermoso del mundo: las Torres del Paine, un pequeño e imponente grupo de montañas de granito, ubicado en el Parque Nacional que lleva el mismo nombre. Ésta es la tercera área protegida con más visitas en todo el territorio chileno y un intento de describir las razones para verla siempre resultará insuficiente. 

La altura de las Torres no está todavía definida, aunque se sabe que oscilan entre los 2000 y 3000mts. Una de las características que más llaman la atención, es cómo la nieve ha ido moldeando los costados de los montes a su paso, dejando formas cóncavas, planas, convexas y rugosas. Además, a su alrededor se extienden diversos ecosistemas que coexisten armoniosamente en un territorio de más de 200.000ha. Así que una visita a este destino tiene que durar por lo menos tres días, sin contar el tiempo que quiera pasar conociendo las ciudades más cercanas que le servirán de escala: Puerto Natales o Punta Arenas. 
Fuente: Traveler
 
Una excelente opción, recomendada para los más aventureros y deportistas, es conocer el Parque mediante circuitos que recorren diferentes zonas cada día, con el hospedaje en lugares distintos. Estos tours generalmente involucran actividades como caminatas, cabalgatas, montañismo, escalada y/o camping, aunque en el frío extremo de la noche lo mejor es descansar en albergues. Cualquier recorrido necesariamente pasa por las Torres del Paine, porque seguramente es una de las razones principales que motivan a los turistas a conocer el fin del mundo, pero también se visitan ríos serpenteantes, amplios valles alimentados por las aguas de lagos tranquilos y los ensoñados glaciares que se han convertido en el símbolo de la Patagonia. 
 
Por otro lado, el Parque cuenta con un buen sistema de vías que llegan hasta diversos hoteles y refugios, así que otra opción es hacer base en uno de estos alojamientos y desde allí gestionar tours diarios a los atractivos que prefiera. Si escoge esta alternativa, le será más fácil acceder a actividades como kayak o pesca deportiva, hacer asados (en los lugares reservados únicamente para este fin), o pasar un buen rato en calma mientras se deja envolver por la belleza del paisaje.
 
Como ya lo mencionamos, uno de los puntos de partida para llegar a este destino es Punta Arenas. Lo ideal es llegar allí en avión y, luego de uno o dos días, tomar camino al Parque que queda a poco más de 300km de distancia. Esta ciudad – puerto cuenta con varios atractivos importantes, como el histórico Estrecho de Magallanes, donde se pueden ver los famosos pingüinos patagónicos. Además, en la zona urbana hay museos y centros culturales muy interesantes, como el Nao Victoria o el Braun – Menendez. 
 
Si prefiere viajar a Puerto Natales, que se encuentra mucho más cerca del Torres del Paine (a poco menos de dos horas), seguramente encontrará a muchos más turistas que están en el mismo plan, ya que se lo considera la puerta de entrada al Parque. En la ciudad no hay muchos atractivos, pero si se ofrece un sinnúmero de recorridos a sus alrededores. Además, cuenta con una amplia oferta de establecimientos turísticos por si prefiere pasar aquí la noche. 
Si está en Chile, aproveche, y si no, piénselo seriamente. Visitar El Parque Nacional Torres del Paine es una de las experiencias más gratificantes y maravillosas que podrá disfrutar en su vida. Aquí pondrá a prueba su físico y su mente y, si así lo cree, también el espíritu.